costumbres y tradiciones

costumbres y tradiciones
Zacatlán

jueves, 31 de marzo de 2011


En muchas partes del país se ejecutan danzas de Hueues, Huehuenches y otras modalidades que derivan de los que antiguamente se dedicaban al Dios Viejo, Dio del Fuego y del Año, Huehuetéotl. De éstas, la más conocida es la del "Los Viejitos" del grupo Tarasco o purépecha que ocupa la región lacustre de Michoacán, con centro en el Lago de Pátzcuaro, y en la Sierra alrededor de Uruapan.
En esta danza, ejecutada con un fino sentido de humor, los danzantes van ataviados con el traje peculiar de los campesinos de esa zona, que consiste en camisa de manta blanca y calzones del mismo material con la parte baja finamente bordada; llevan máscaras de pasta de caña de maíz, madera o barro con facciones sonrientes de ancianos desdentados pero, con el color de la piel rozagante y sonrozado de la juventud.
Al danzar, sus movimientos de viejos achacosos y encorvados se transforman de pronto en alarde de vigor y agilidad, en estruendosos zapateados que constrastan con ataques de tos, temblores que provocan caídas y jocosos intentos de sus compañeros por revivir al accidentado. Con estas mismas caraterísticas existía desde antes de la conquista.
La versión de la Sierra de Uruapan, donde ha perdido su significado prehipánico, dice que al nacer Cristo y al llegar de todas partes del mundo los fieles a adorarlo con ricos regalos, los viejos del lugar, no teniendo otra cosa que darle, idearon ofrecerle toda la riqueza de su larga vida expresada en una danza. Cuando el Niño Dios los vio, complacido les dedicó una sonrisa.
Una de las mujeres presentes, conmovida por la sonrisa del Niño Dios, se lanzó a bailar y desde entonces les acompaña, es la Mariguía o Maringuilla.
En algunos poblados de la Sierra Tarasca se realiza esta danza durante la estación ceremonial del invierno, cuando se asumen los nuevos puestos de cabildo y cuando se afirman las obligaciones de los santos.
Por lo general se baila el día de Navidad, el día 26 de diciembre, el día de Año Nuevo, el día de la Epifanía y el de la Candelaria. Los danzantes consideran al Niño Dios como el patrón de los viejos.
Los viejos de la Sierra Tarasca son solemnes y espléndidos y se comportan con dignidad. Sus danzas pueden durar horas sin que haya indicios de fatiga en los participantes que son de todas edades. Se les considera personas serias cuyo comportamiento contrasta con el de los payasos que les acompañan y se burlan continuamente de ellos.
Los danzantes usualmente hacen votos para danzar toda su vida a  la Virgen de la Inmaculada Concepción después de pedirle que les restablezca la salud o para tener éxito  en algunos negocios o un viaje. Los niños danzan porque sus padres han hecho los votos en su nombre. Las máscaras de los viejos son por lo general de rostros dulces y tiernos; se dice que deben parecer "gente decente y humilde".
En el pueblo de San Juan Parangaricutiro, cerca de Uruapan, los viejos aparecen por primera vez en la Noche Buena. Al terminar la Misa de Gracia, el grupo de danzantes (unas tres o cuatro docenas) entra en la iglesia y se arrodilla frente a la imagen del Santo Niño.
Despues de la misa, los viejos danzan en el atrio de la iglesia y van a la casa de uno de los cuatro mayordomos, donde vuelven a danzar y se les sirve una comida consistente en pozole, atole y buñuelos. Los viejos regresan a sus casas y ahí permanecen hasta la 10 de la mañana, cuando salen para un desayuno de chocolate caliente y pan dulce en casa de uno de los cargueros anteriores. Danzan nuevamente, esta ves frente a la iglesia, en el atrio, en la casa del sacerdote y frente a los edificios municipales. Generalmente el presidente municipal los invita a la sala de recepción donde les ofrece ron y cigarros